Alicia y el defín
Como cada noche de luna llena, Alicia, quien cuenta con escasos 10 años, sale de su casa frente a la playa y camina hacia la arena para sentarse a contemplar el cielo y el mar. La niña había adoptado esa rutina desde que su querido papá, un protector ambiental, luego de despedirse una noche de luna llena porque salía a ayudar un grupo de ballenas en peligro, le dijo que tardaría un tiempo en regresar.
El papá le dijo que si sentía muy sola escuchara el sonido del mar durante las noches de luna llena, que cada vez que el agua rozara sus piececitos era una caricia que él le estaba enviando a través de las olas marinas y cuando la brisa llegara a su cara eran besos de buenas noches al aire que él siempre le mandaba.
Esa noche Alicia se sentó y escuchó calladita el rumor de las olas para tratar de identificar algún sonido que proviniera de su querido papá, de pronto en ese momento observó un resplandor plateado en el agua, poco a poco salió de allí un bello delfín que comenzó a bailar delante de ella, Alicia estaba muy emocionada, el hermoso animal a medida que bailaba emitía un alegre canto.
De repente el delfín le dijo: -tu papá viene en camino, ya su trabajo terminó y quiere que lo sepas y te quedes tranquila, ella abriendo los ojos de par en par no podía creer lo que estaba escuchando, solo pudo preguntarle: -¿cómo puedo entender lo que tú hablas?, el hermoso animal, saltando y bailando le dijo: -solamente las personas que tienen un corazón puro y bueno pueden comunicarse con nosotros, tú y tu papá son parte de ese pequeño grupo.
El delfín dijo: -todos los habitantes del mar le estamos agradecidos a tu papá por su gran labor y ayuda, si así fueran la mayoría de las personas este planeta sería un lugar seguro y acogedor donde todos disfrutaríamos y nos ayudaríamos y tú eres parte de la generación de relevo que seguirá promoviendo un ambiente sano para todos.
Se despidieron como hijos de la Tierra que son, el delfín dio un enorme salto y se perdió en la inmensidad del océano, en ese momento Alicia divisó a lo lejos la embarcación que traía a su querido papá, cuando por fin llegó a la playa, el padre y la hija se abrazaron cariñosamente.
Moraleja: “somos parte de la naturaleza por eso es necesario cuidarla y protegerla”