El molino mágico
Esta historia que hoy te cuento se inicia en un lugar muy apartado de la ciudad llamado Bosque Fresco, donde el viento sopla con mucha fuerza en las tardes de verano mientras los animalitos del bosque toman una fresca siesta y los molinos de viento generan la fuerza para moler el trigo y poder hacer el pan. Era una comunidad pequeña y estaba formada por las siguientes familias: los señores osos, los conejos blancos, las ardillas del peral, los búhos crestados y los venados pardos, de vez en cuando llegaban el escuadrón de palomas y los canarios de la playa.
Como todas las tardes Rosita la osita más pequeña buscó refugio en el molino de su abuela, era un lugar muy acogedor y confortable, todos en su familia decían que era un molino mágico porque había salvado al gran abuelo oso quién al ser atacado por los dragones de la montaña cerró fuertemente sus ojos y le solicitó ayuda al molino, en esa ocasión las aspas giraron tan rápidamente que produjeron un pequeño tornado que se llevó bien lejos a los malvados dragones.
Aproximadamente luego de una hora, el descanso de Rosita se vio interrumpido por un sonido que provenía del suelo del molino. Asustada, la pequeña osa se levantó de inmediato y cuando trató de salir del lugar, se encontró en la puerta a un enorme gigante de color verde que trataba de agarrarla con sus grandes manos. Era conocida por todos la leyenda de que en lo alto de la montaña vivía un peligroso gigante, pero jamás ninguno de los habitantes de Bosque Fresco había confirmado su presencia, hasta ese día cuando Rosita petrificada se enfrentaba al cruel gigante.
La osita cerró sus ojos con fuerza y al igual que su abuelo le pidió ayuda al viejo molino, esta vez las aspas también hicieron de las suyas y rápidamente fueron golpeando en la cara al gigante pues este estaba muy cercano a ellas, al sentir los golpes el gigante trató de arrancarlas, pero al tomarlas entre sus manos fue lanzado muy lejos por la fuerza incontrolable del molino. El viento que se generó comenzó a lanzar piedras en dirección del malvado gigante, quién no tuvo otra opción que alejarse para siempre de Bosque Fresco y dejar en paz a sus pacíficos habitantes.
Moraleja: “El que bien obra es siempre protegido y el que mal se comporta mal acaba”