El tren azul
Florencia solía soñar despierta. En la escuela, mientras su maestra enseñaba y sus compañeritos prestaban atención, ella miraba por la ventana del aula, imaginándose mientras corría por el parque rodeado de amigos.
Ella siempre estaba dispuesta al juego. Las clases que realmente detestaba eran las de geometría, no encontraba la forma de que le gustaran ni un poco.
Un día, cuando la maestra sorprendió con un examen sorpresa en donde había que redactar, los demás niños no sabían por dónde empezar y ella en cambio, sacó la calificación más alta.
Había escrito un relato sobre un viaje diferente en un tren azul, pero no era un tren como todos lo conocemos sino un lápiz gigante, y en él viajaba con sus amigos. Su madre feliz le dio un gran abrazo y le dijo: ¡Felicitaciones! No todos somos buenos para lo mismo, y lo importante es buscar lo que a ti te haga feliz.