La hormiga y la cigarra
Un buen día de verano, la cigarra se encontraba descansando y disfrutando del sol; pensaba en lo agradable que era esa época del año y no podía entender por qué todos los demás estuviesen trabajando en lugar de disfrutar del clima. Fue entonces cuando vio a una pequeña hormiga que se esforzaba por arrastrar un grano de trigo hasta su refugio.
La cigarra entonces le dijo: ¡Deja ya de trabajar tanto, ven y disfruta de este hermoso día! La hormiga entonces le respondió a la cigarra que no podía hacerlo ya que se estaba preparando para el invierno y de hecho le sugirió a la cigarra que ella también debía hacerlo. Si no almacenas suficiente comida ahora, no podrás soportar el duro invierno.
La cigarra se rió sin parar y solo le respondió a la hormiga que a ella le gustaba mejor pensar en el presente. Los meses pasaron y entonces el invierno apareció, el clima cambio por completo y ya no había sol, ni calor, en su lugar había nieve y mucho frio. La cigarra, como no almacenó comida, tenía mucha hambre.
Fue a donde se encontraba la hormiga y le pidió algo para comer ya que ella no tenía nada. La hormiga le recordó entonces que se había burlado de ella y que no le daría nada, que buscase su propia comida.