Las Galletas de Chocolate
Juanito y su hermanita Gaby siempre iban juntos a la escuela, Gaby era la más pequeña y su hermano la quería y cuidaba mucho. En el trayecto que tenían que recorrer todos los días al salir del colegio, se encontraban siempre al señor Raúl que vendía las más exquisitas galletas de chocolate que jamás hubiesen probado, las mismas eran preparadas por su esposa, la favorita de Juanito era la rellena con chocolate blanco, mientras que Gaby siempre pedía una galleta de rico chocolate con leche. Una tarde calurosa mientras que caminaban a su casa disfrutando de sus respectivas galletas se encontraron con Sofía.
Sofía era una niña que nunca quería jugar con ellos y cuyos padres tenían mucho dinero. Al verlos venir, Sofía que estaba comiéndose un costoso helado comenzó a burlarse de ellos por estar comiendo unas humildes galletas de chocolate caseras, en sus comentarios les decía que jamás podrían comerse un helado como el de ella porque ellos eran unos niños pobres.
Gaby se sintió muy mal con este comentario y llegó a su casa llorando, cuando su mamá la vio se preocupó mucho y luego de que Juanito le contara lo sucedido con Sofía se dirigió a los dos niños y les dijo lo siguiente:
– Quizás Sofía tiene mucho dinero para comprar lo que quiera, pero ustedes nos tienen a papá y a mí que los amamos muchísimo y siempre buscamos que sean felices. Además el helado de Sofía proviene de una fábrica, que si bien elabora productos deliciosos, no son hechos con el amor que le pone la esposa del señor Raúl a sus galletas.
– No piensen que porque las cosas sean caras son mejores, lo único que no tiene precio en el mundo es el amor, porque cuando le damos amor a alguien ese sentimiento proviene de nuestro corazón y el amor sana.
De allí en adelante cada vez que comían una de las deliciosas galletas de chocolate del señor Raúl, recordaban el amor que sus padres les daban, ya que como su mamá decía: esas galletas fueron hechas con amor y el amor nos hace ser personas muy ricas.
Moraleja: “El amor que recibimos de nuestros padres es el tesoro más valioso, el tesoro que nos convierte en personas muy ricas”