Seres pequeños
Un día de otoño por la mañana Ariel y Mauricio se dirigieron al parque. Hace mucho que habían decidido hacer un picnic al aire libre, y finalmente ese día había llegado.
Una vez allí desplegaron todo lo que habían llevado sobre el césped, y cuando se disponían a comer unos sabrosos emparedados, sintieron un leve crujir de hojas entre los arbustos. Se quedaron los dos muy expectantes, hasta que de repente vieron sorprendidos como un enano con un sombrerito rojo caminaba hacia ellos.
Al principio, conmovidos y asustados por este ser de pequeño tamaño, se quedaron en absoluto silencio, pero al cabo de un rato se habían contado miles de aventuras y este encuentro fue el principio de una hermosa amistad.
Fueron inseparables y compartían mucho a pesar de venir de mundos tan diferentes. Fue así que comprendieron que a pesar de las diferencias, siempre la amistad es posible.