Un Arbol diferente
La hora de plástica era sumamente feliz para Tere, siempre tenía la cabecita llena de ideas, una imaginación infinita y muchas ganas de volcarla. Así que esperaba con ansiedad los martes por la mañana para poder desplegar allí todo su potencial. Ella sentía que era su lugar en el mundo, un lugar en donde todo estaba permitido.
Cuando la maestra les indicó que debían dibujar un árbol, se sintió entusiasmada y desconcertada al mismo tiempo, no sabía realmente por donde empezar. Primero pensó, no todos los árboles son iguales, tienen distintas ramas, troncos, hojas e incluso colores.
Por eso luego de pensar un rato, se le ocurrió dibujar un arbol familiar, y fue así que dentro del arbol colocó a toda su familia. Sus compañeros la miraron extrañados, pero ella muy tranquilamente les dijo:” lo bueno son justamente nuestras diferencias sino hubiésemos dibujado todos lo mismo y sería muy aburrido”