Un señor muy honrado
Había una vez un leñador caminando hacia su casa, ya había terminado de trabajar y estaba muy cansado.
Por estar tan cansado no tenía casi fuerzas y se le cayeron todas sus herramientas que llevaba en un bolso viejo y con muchos huecos.
Al día siguiente el leñador se estaba lamentando porque no se dio cuenta de que su bolso se le había caído por lo cansado que estaba en ese momento, y estaba muy triste por lo que había pasado.
Pero el leñador no perdió las esperanzas y fue a la casa del policía del pueblo a preguntar si había encontrado su bolso.
El policía tenía en su casa un bolso verde que había encontrado y le dijo:
– Tome señor leñador aquí está su bolso.
El leñador abrió el bolso y adentro había una gran cantidad de oro, pero el leñador le dijo al policía:
– Disculpe señor policía pero este no es mi bolso.
El policía fue a devolverle el bolso lleno de oro al hombre que había venido de visita al pueblo.
El leñador se fue camino a su casa, y en la basura de la casa del policía cuando iba saliendo vio su bolso viejo con sus herramientas. El leñador se puso muy feliz por haber encontrado sus herramientas de siempre.
Cuando llego a su casa en la puerta estaba un sobre con una carta que decía, Gracias señor leñador usted es una gran persona y adentro del sobre habían unas pepitas de oro.
FIN